Debate sobre la Plaza Central



Todos los partidos políticos de consistorios de ciudades y pueblos, reconocen en petit comité las lagunas que se dan en la participación ciudadana. Las decisiones que se toman, sin tener en cuenta a los ciudadanos, una vez en el gobierno, es no favorecer la democracia participativa. Siendo este hecho, una constatación evidente y con el tiempo no se percibe solución. Por eso hay que preguntarse: ¿cual es el problema? ¿Por que no se abre el abanico a la participación?
Enseguida nos viene a la mente que gobernar sin intromisiones es comodísimo. Los cargos públicos son más libres de hacer lo que les venga en gana y siempre amparados en el programa de partido, que votan los ciudadanos en las urnas cada cuatro años.
Durante los treinta años de Ayuntamientos democráticos, hemos comprobado que en otras ocasiones esta ausencia se da por otros motivos muy ajenos a esa comodidad de gobernar. Muchas veces se deben a otros intereses, que a lo largo de los años se ha ido descubriendo en multitud des lugares y momentos en el marco del municipalismo.
Sobre Polinyà hay que informar, para quien desconoce el proceso, que la ciudadanía ya participó en el debate y posterior referéndum en la determinación sobre del cierre de la Riera, en su paso por el centro de la población. Y en ese mismo momento ya se abrió el debate sobre cómo debía ser la plaza central, si debía ser dura o blanda. Eso ocurría entre los años 1993-94. La decisión sobre la Plaza Central quedó pendiente, por razones de cambio de gobierno. Hay técnicos municipales que lo podrían confirmar.
Después de mucho tiempo hablando de participación y reivindicándola, sobre todo por parte de la oposición y algunas entidades sociales, hace unos años el grupo municipal socialista de Polinyà, puso sobre la mesa la voluntad política de promover la participación ciudadana. Según intervención en Pleno, la Sra. Alcaldesa informó que era una apuesta personal. Hace tres años aproximadamente, se realizaron una serie de reuniones al respecto donde al principio se contó con buena asistencia. Pero en las posteriores reuniones la participación fue cayendo, siendo los trabajadores del consistorio los que rellenaron el vacío asistencial. En la última reunión celebrada en el IES Roser Capdevila, apareció una intervención de un asesor de alcaldía, (ya no está en Polinyà) colocando la idea de la participación sobre la Plaza Central. ¡Podría ser la imagen de la participación!
Esta iniciativa de abrir la participación sobre la Plaza Central, hay que aplaudirla y en ello estamos. Sin embargo, me preocupa. Me da miedo que caigamos en la trampa de reducir la participación ciudadana a una opinión sobre la Plaza Central. El futuro de Polinyà i la participación sobre éste, es mucho más que eso.
La participación en Polinyà deberíamos verla como una fase donde toda la sociedad participara en el desarrollo, el progreso y futuro de la población. Implicar a la sociedad quiere decir que nos comprometemos entre todos a decidir sobre el territorio y el medioambiente. La política de vivienda a realizar. La cultura y la educación. Los servicios sociales, cómo se afronta la realidad de la emigración, que hoy no es posiblemente un problema, pero que puede serlo si no se atienden adecuadamente; cómo gestionar los servicios para ir ajustándolos a las diferentes realidades presentes y futuras.
Pero no sería completa y de poco valdría, si esa participación no se da de entrada en los presupuestos. Aceptar el debate social de los presupuestos sería el mejor ejemplo de la voluntad política, en este caso de mayoría absoluta del PSC.

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