Los pasajeros del barco hace muchos años que advierten que navegamos por un rumbo inseguro y poco fiable.
En primer lugar.- La izquierda debe admitir que hemos tenido comportamientos que no dan seguridad. Han sido muchas luchas y enfrentamientos que han separado al electorado de la izquierda transformadora. Y, esos comportamientos, necesita de un tiempo para restaurarla. La confianza no se logra de unas elecciones para otras. La confianza entre los hombres y mujeres que trabajan en los movimientos sociales, en las universidades y en los sindicatos, no tienen que leer en titulares que hay intención de llevar a cabo la unidad de la izquierda, sino que lo deben percibir en el trabajo del día a día. Somos ingenuos si pensamos que los trabajadores, por el hecho de ser trabajadores, van a votar a una fuerza que se sitúa a la izquierda, más allá de las corruptelas y las políticas económicas de PP-PSOE, si no da credibilidad y la seriedad pretendida de las masas. Un horizonte que se visualice un rumbo claro y que sus militantes se implican de lleno para cambiar las cosas. Esa es la seguridad que n