Carta a Rosa Aguilar
Mi Rosa de Córdoba. Nuestra Rosa se ha marchado para siempre. Nos dejas huérfanos a los comunistas que siempre creímos en ti y te apoyamos. Nos costará creer, que ese hilo conductor que nos llevó a dejarnos la piel en el camino, se haya roto y que el cordón umbilical que nos unía, se separe para siempre y se una a otro cuerpo extraño al nuestro. Nos costará creer que ahora seamos incompatibles contigo. Nos costará pensar que ya no defenderás la reforma electoral que tanto nos ha castigado y dañado. Nos costará comprender que no sigas defendiendo la nobleza de nuestras reivindicaciones sociales y solidarias que tanto hemos defendido juntos. Y, nos costará olvidar, que ya no defiendas que otro mundo es posible; más justo para todos los seres humanos de la tierra. No has sido la primera en irte, ni serás la última. Antes fueron otros y otras. El camino de las separaciones está sembrado de mucha gente que, como tú, nos dejaron. Sé también que no nos olvidarás, porque todo lo que eres y so