El gobernante que no sabe leer el pensamiento del pueblo es un simple gestor o un inútil.
El presidente del gobierno o alcalde/a que no escucha la voz del pueblo se convierte en un simple gestor quedando impedido para acometer aquello que el pueblo piensa y quiere.
Entramos en un nuevo año plagado de incógnitas por los recortes sociales. La escasez de empleo y los anuncios de subidas en los productos más básicos impide realizar cualquier plan de futuro en una juventud desolada que no ve un horizonte decente para realizarse ni para independizarse y fraguar una vida digna. Vemos gobiernos que cuando hablan es para perjudicarnos; nos dicen que hay que asumir sacrificios, aceptar el repago de servicios y privación de otros, la ley nos burla, niega lo que somos y recorta derechos…, mientras los poderosos “que no los elige el pueblo” acampan a sus anchas y son los que verdaderamente nos gobiernan y almacenan grandes réditos y ganancias a costa nuestra.
Este año 2011 me gustaría que todos/as los Polinyenses/as pusiéramos de nuestra parte para hacer más llevadera la vida en el habita donde residimos. Un año en que la clase trabajadora pudiera superar lo que le presiona y dar un salto cuantitativo y cualitativo a la gobernabilidad. Que pudiéramos tener capacidad de decidir por nosotros mismos alejados de otro interés que no sea el de toda la ciudadanía. Que enriquezcamos los foros de debate para extraer lo mejor de todos/as; los trabajadores/as, los desempleados, los deportistas, la juventud, profesionales y los aficionados de la cultura, aporten sus conocimientos y ayuden a forjar el pueblo que deseamos, participando en lo que nos afecta en lo cotidiano, como el camino que nos conduce al éxito.
Este Polinyà, al que unimos nuestras vidas, unos antes y otros después, nos necesita para fraguar ese espacio de entendimiento y remar en consonancia con los nuevos tiempos difíciles.
Habla pueblo habla y no pares. Eleva tu voz y grita fuerte. Que se te oiga y sete oiga lo más alto posible…para que se enteren las altas instancias de que lo que te proponen no te llena. Combate la amargura que ofrece la soledad y organiza la lucha que te hará libre. Diles alto y claro que aquí nadie se rinde y que estás preparado para el combate.
Como diría el poeta:
Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino
se hace camino al andar.
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