A escasos meses del 28N la ciudadanía de Polinyà le dio la victoria a las fuerzas de la izquierda
El 11 de junio, día de la constitución de los nuevos Consistorios, se destaparon todas las dudas y las incógnitas sobre los acuerdos Municipales, todos ellos en función de los resultados electorales de los partidos, salidos de las urnas el día 22 de mayo, pero administrados de una forma desigual.
En primer lugar, hay que decir que los resultados extraídos de las urnas el 22-M en Polinyà, debieran haberse analizado con el debido respeto por todos, porque es la ciudadanía la que habla y no se ha hecho.
En segundo lugar, el elemento tangible y es que en las elecciones del 28N la ciudadanía habló y dio mayoría a las fuerzas de la derecha, pero en las elecciones del 22-M, a los seis meses escasos, la ciudadanía le ofreció la victoria a las fuerzas de la izquierda. Una victoria que debía ser administrada objetivamente y no se ha hecho.
En tercer lugar, una vez resuelto el tema de los pactos para votar la alcaldía el debate debería seguir abierto, porque es saludable para la política y para la convivencia política y ciudadana.
Lo que es evidente, es que hace escasos meses que la ciudadanía castigó a las fuerzas de izquierdas catalanas que gobernaban la Generalitat y favoreció el gobierno a CiU. A escasos meses se celebran las elecciones municipales y la ciudadanía, aporta unos resultados totalmente opuestos, que en Polinyà dan mayoría a las izquierdas. Aunque con unos resultados desiguales, porque unos suben y otros bajan.
Con los resultados en la mano, obviamente la ciudadanía le dijo a la izquierda: “estamos muy descontentos con la mayoría absoluta, que mal nos ha gobernado, pero seguimos pensando que en este pueblo, es la izquierda quien tiene que gobernar, pero administren bien los resultados”.
El 22-M la ciudadanía jugó su papel democrático y dirigente y a partir de ese momento es a los partidos a quien le tocaba administrarlos bien. Resolver sus cosas y poner en común los acuerdos programáticos a desarrollar los próximos cuatro años.
Es obvio que la empresa sin duda era dura, muy dura, por todo lo ocurrido en años anteriores. Había que derrochar horas en reuniones para ponerse de acuerdo, después de largos años si relaciones políticas y personales, para respetar al pueblo soberano, que es finalmente el que manda. Hasta aquí creo que no debe haber ninguna objeción por parte de nadie. La pregunta es:
¿Se ha derrochado esas horas de negociación? ¿Se han discutido y puesto a debate los elementos programáticos? No, que yo sepa, por la falta de voluntad de quien mayoritariamente tiene las posibilidades de maniobrabilidad.
Aquí está el problema de fondo. ¿Las izquierdas han respondido a la demanda de la ciudadanía en respuesta a lo que salió en las urnas el 22-M?
Es evidente por tanto, que visto los resultados no han respondido. Las izquierdas han faltado el respeto a los electores de izquierdas de Polinyà, porque el alcalde elegido, con todos los respetos, representa a la derecha Nacionalista. Una derecha que no ha votado el pueblo mayoritariamente y que además también ha visto rebajado su porcentaje electoral, con respecto a los resultados del 2007. Esta es la realidad más contundente.
Sobre los acuerdos de gobierno que saldrán ya pertenece a otro debate al que ya me referiré en su día.
La lectura de todo esto es un fraude político, y del que la derecha se frota las manos al ver la desunión de la izquierda.
En todo este mal hacer, no todos los partidos tienen la misma responsabilidad. Los hay que no prestaron atención al mensaje de la ciudadanía y apostaron directamente por el voto a CiU. Otros hicieron lo que pudieron para llegar a acuerdos de izquierda y de progreso, pero se estrellaron contra un muro, al ver que antes de hacer autocrítica, se dedica a expresar su enfado y a no reconocer la realidad. Y, es importante decir también, “que aunque se hubiese llegado a acuerdos bilaterales entre las fuerzas de progreso y de izquierdas, a estas dos les faltaba un escaño; el escaño de la izquierda independentista para poder gobernar, pues ya estaba comprometida con CiU, nada más conocer que los resultados se lo permitían.
El efecto de todo esto se verá con el paso del tiempo. Ahora bien, al margen de que no se haya respondido a las expectativas de los ciudadanos, hay que advertir también, que el pueblo de Polinyà ha perdido capacidad de respuesta contra los recortes sociales que provienen de la Generalitat, por mucho que algunos se empeñen a predicar su contrariedad.
Frente a ello solo hay una alternativa real. Es la necesidad de llegar a un acuerdo de izquierdas amplio para frenar el discurso racista, xenófobo y facha que tiene recorrido e incorpora al mapa el color negro en expansión, penetrando en sectores tradicionales de la izquierda como los barrios de trabajadores de las periferias urbanas o de las ciudades medias, precisamente para acabar de doblar el espinazo a las resistencias de la izquierda aún organizada, al menos en Catalunya, utilizando la lengua y la inmigración.
Alertar de que los fenómenos como UPyD, Ciutadans o Plataforma x Catalunya no son casualidades, han sido creados e ideados para asestarnos el golpe definitivo cuando se pretende resistir, son la autopista que facilitan al PP y a CiU el desfile de la victoria.
Si el sentido de lo colectivo, de la solidaridad y de los intereses comunes y diferenciados de clase se diluyen gracias a una potente y eficaz utilización de los grandes medios de comunicación de masas a los propios cambios dentro del proceso productivo y al modelo productivo imperante de la precariedad-corrupción inmobiliaria, esto durante la crisis, se ha demostrado que consigue prostituir aún más el sentido último de las cosas y que perdamos la noción de quienes son los lobos y quienes los corderos.
El paro y la precariedad aumentan la ansiedad que es canalizada, no como en el pasado por las organizaciones de los trabajadores, sino por el populismo, racismo y falso sueño americano. Por eso gana el PP corrupto de Camps, aunque el sentido común democrático no pueda entenderlo.
Por eso el sentido de masas del discurso de la derecha, el de CiU y el del PP, en el caso del PP con un añadido centralista, casposo y tradicional que reconecta su discurso a lo peor de la historia de España. En el caso de CiU alimentado de nuevo por el victimismo de Catalunya frente a España, fundamentado en los fracasos del Estatut y la incomprensión y negación por parte de PP y PSOE del Estado Federal Plurinacional.
En este sentido, lo que más se evidencia es la necesidad de más movimiento político social y más unido sobre temas concretos. Es la exigencia de los nuevos tiempos que corren. Europa, España, Catalunya y Polinyà se derechizan y hay que organizarse social y políticamente para responder y presionar, como siempre se ha hecho. Es la hora de reorganizar las asociaciones de Vecinos, de crear las Plataformas de defensa y ayudar a que el movimiento de indignados se implique en los trabajos concretos de la localidad y apoyar a la juventud para que se organice.
Roque Fernández
Comentarios
No le eches la culpa a nadie. Si no fuerais pidiendo en las negociaciones la cabeza de la Pepita i alguien mas, quizas ahora habria un pacto de Izquierdas. Por favor un poco de coherència no te iria nada mal.
A partir de aquí o te identificas o no hay más comentarios. Saludos
http://polinya.blogspot.com/