Algo de historia de la Escuela Pública Pere Calders de Polinyà
La construcción de la primera escuela de Polinyà, la posterior ampliación y las luchas de la AMPA
Polinyà venía de ser un pueblo
inminentemente agrícola y ganadero. En los años 1960 estaba en tan sólo 450
habitantes. En 1962 se instala la primera empresa industrial, Inerga
(actualmente SMP. Este fue el inicio de lo que sería el futuro de Polinyà. Un
pueblo fuertemente industrializado. Había muchas más hectáreas de suelo
industrial que urbano residencial para viviendas. De ahí que se decía que
éramos una industria pueblo y no un pueblo con industria.
Los propietarios de las tierras
estaban más interesados en vender las tierras a los constructores y hacer
negocio, (sus tierras fueron calificadas de rusticas a industriales) lo cual
supuso un aumento del valor importante). No estaban por otras cosas como el
bienestar de las personas. Eso sí, todos muy unidos con quienes dominaban la
situación desde el pequeño consistorio para que nada cambiara.
El APA estaba en manos de
personas que controlaban la dirección de la escuela, y el Ayuntamiento. Todo
eran problemas, era como un bunker.
Tal como se avanzaba se iba
viendo que los padres querían participar más de la educación de sus hijos y se
presionó para estar en los órnanos colegiados, como el Consell escolar o
Consell de dirección, esto hizo saltar a la secretaria de la APA. Al final se
cambió de junta y se empezaron a hacer actividades conjuntamente con el
profesorado, fue una etapa muy entrañable, ya que había una muy buena sintonía
entre toda la comunidad educativa, normalizando la tarea de la educación de
nuestr@s hij@s.
Pero el pueblo seguía creciendo y faltaban aulas, ya se habían ocupado espacios para otras actividades escolares. Ante las nuevas necesidades se inició una larga etapa de negociación desde el Ayuntamiento, conjuntamente con la AMPA, (ahora si se recogía la realidad de la sociedad, madres y padres de alumnos, aunque siempre han sido la mayoría madres) con el Departament d’Ensenyament de la Generalitat, que en principio solo estaba dispuesto a construir un aula, máxima dos. Así en el 92 empezaron las obras de ampliación de 8 aulas, las mismas que tenía la escuela, con lo cual se dobló, eso sí el Ayuntamiento tubo que aportar 25 millones de las antiguas pesetas. Valió la pena. La ampliación se inauguró en el 93 con una fiesta protagonizada por los alumnos y la presencia nuevamente de Pere Calders.
La lucha vecinal y de toda la
comunidad educativa dio sus resultados. Hoy en día con otras formas de
distribución, pero siguen siendo las AMPAS quien gestionan a través de
cooperativas la distribución
Nota de Antonio Aldana Moruno:
Antonio fue un buen Presidente de
la AMPA y nos ha enviado esta nota para que se conozca qué ocurrió en esa
época. “Se estableció por primera vez los órganos colegiados de la escuela
(consejo escolar, consejo de dirección) y gracias a las negociaciones de la
AMPA con un grupo de profesores digamos con nuevas disposiciones más de acuerdo
a los tiempos, se pudo cambiar la dirección del colegio (con claras
reminiscencias franquistas) por otro más representativo de los diferentes
colectivos que concurren en un centro escolar público, no sin antes haber
tenido que luchar con intentos de pucherazos, por parte de la vieja dirección,
como editar las papeletas de la elección de representantes de los padres de
alumnos, con diferente tono (sepia o
blanco) según la propuesta viniera de representantes de la
AMPA o de la vieja guardia post-
franquista, con objeto de controlar el voto y ejercer represalias a posteriori.
Roque Fernandez Navarro
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