CINCUENTA
ANIVERSARIO DE LAS DETENCIONES EN PUEBLO NUEVO DE LA SALUD
Hablar de PuebloNuevo de la Salut de Sabadell, es hablar de un barrio humilde de poco menos de
dos mil personas, que luchó contra las pretensiones de la iglesia y por su
propia supervivencia. Como otros barrios de Sabadell, Pueblo Nuevo formaba
parte de los suburbios creados en 1950 y 1960, como un cinturón que rodeaba el
núcleo central de la ciudad que no merecieron el nombre de barrios, hasta
después de muchos años, cuando sus vecinos consiguieron, a base de muchas
reivindicaciones y luchas, cambiar las fisonomías de esos lugares. Lugares que,
por lo pronto, no tenían las más elementales condiciones de vida: sin luz, sin
agua, sin alcantarillado, sin asfalto, sin transporte público, sin servicios
sanitarios, sin escuela y más o menos aislados del centro de la ciudad. Esa
lucha se alargó hasta la llegada de los Ayuntamientos democráticos 1979 y con
el acceso de Toni Farres a la alcaldía de Sabadell.
El Santuario dela Mare de Déu de la Salut era un lugar muy concurrido por visitantes de
todos lados. Pero en especial de la gente de PN. El día de la Tortilla daba
gozo ver tantísimas familias comiendo la tortilla, especialmente las familias
de PN. Los niños íbamos a jugar a futbol en un pequeño campo que había. Estaba gobernado
por el conocido Mosén Ernest, un cura que llevaba pistola bajo la sotana,
quería que “ese espacio” fuese reservado solo y exclusivamente para la
expansión del Santuario.
A partir de ese
momento los problemas se sucedían. Ante tantas necesidades, la gente hacia
caso omiso a la negativa de la iglesia y del Ayuntamiento a dejar de construir
y continuó con las obras y edificando nuevas viviendas. Ello hizo entrar al
barrio en conflicto con el Ayuntamiento y con la iglesia.
Los carros tirados
por caballos, pertenecientes a los vecinos Tito y Tarzán, iban a tope
dando viajes al rio para traer arena para las construcciones. Se dieron casos curiosos. Para controlar que
no se hicieran obras el Ayuntamiento puso a un inspector. Daba igual, los
trabajos no paraban con el complot de todos los vecinos. Algunas veces enviaban
a la brigada municipal para echar abajo alguna que otra obra y salían por
piernas porque las mujeres y los niños los echaban a pedradas y a escobazos.
Los niños no
teníamos otra cosa que ir a coger leña al bosque para calentar
las casas. Jugábamos en las calles a falta de un espacio donde poder juntarnos.
Nos lo pasábamos bien, hacíamos cabañas de indios y jugueteábamos con flechas y
otros juegos, hasta que las flechas llegaron a convertirse en peligrosas y entonces
los padres nos las prohibieron. Casos como el mío se repetían. Tenía tan solo
diez años, cuando mi padre enfermó. No entraba ningún ingreso en casa. No
existían bajas por enfermedad. Era el mayor de los hermanos y me vi obligado a
dejar la escuela para irme a trabajar en los telares de Canonero por 75 pesetas
a la semana. Iba y venía andando con la cesta de la comida que era más grande
que yo, hasta donde hoy se conoce como la plaza de Catalunya de Sabadell.
La señora
Catalina, asistenta social del barrio, tenía muchísimo trabajo para atender
a tantos y tantos casos por necesidades. La leche en polvo intentaba garantizar
el alimento de muchos menores. La mayoría de las familias se acercaban a comprar
a los pocos colmados que existían y una gran parte de ellas lo pagaban poco a
poco.
A los alumnos se le
daban las clases en barracones de madera donde hacía mucho frio en invierno y
calor en verano. Durante la semana servían de escuela y los domingos para hacer
la misa dominical. Un cura y una señorita bajaban todos los domingos del
santuario andando para celebrar la misa. No querían que se hicieran obras, pero
la misa no faltaba. Sucedía que los padres que no tenían dinero para comprarle vestidos
a sus hijos, para hacer la comunión, el Santuario les dejaba túnicas para que
no tuvieran excusas para no hacerla. Ese era el talante de los curas del
santuario de la Salud. Todos los años se hacia la procesión en semana santa, hasta
el final de la dictadura. La gente asistía a ellas por miedo a las represalias,
a partir del 75 se acabó la procesión.
Así se fueron sucediendo
las situaciones y surge la idea de crear la Asociación de Vecinos. Se hacían
asambleas de barrio y con ella, se iban mejorando los temas más importantes. El
Ayuntamiento, gobernado por Josep Burrull,
empresario i alcalde franquista, siempre negaba todo tipo de ayudas. Mantenía
al barrio cerrado a cal y canto sin ninguna posibilidad de mejoras. Finalmente,
los vecinos solventaron los problemas haciendo ellos mismo las cosas. Se
pusieron a hacer las zanjas a pico y pala para hacer las cloacas en algunas
calles. Era un espectáculo ver a nuestros padres juntos, hombro con hombro,
picando y sacando la tierra de la zanja. Un trabajo duro. Otra decisión
importante para el barrio fue poner el alumbrado público en las calles. Para
ello se hicieron muchas asambleas de vecinos para ponerse de acuerdo. Lo tenían
que pagar los vecinos. Lo lograron. El ayuntamiento se encargó del cobro. Y así
el barrio consiguió por primera vez tener luces en sus calles.
Aquellos jóvenes nos
hacíamos mayores. Veíamos el sufrimiento de nuestras familias y decidimos tomar
partido y nos organizamos. Decidimos dirigirnos a la AAVV para plantearles la
posibilidad de crear un Centro Cultural. Un centro donde poder reunirnos y
desarrollar nuestras propias actividades. Había recelo por algún sector de la
AVV. Pero existía la posibilidad de que el Centro Cultural fuese un apéndice de
la AVV y así se constituyó. Eso sí, bajo su estricta vigilancia.
Así se creó el
Centro Cultural de Pueblo Nuevo de la Salut de Sabadell. Al inicio nos
reuníamos en los Barracones. Después alquilamos un local en los bajos de la
mercería de la “María del paleta”. Con nosotros convivían dos de los curas
obreros que había en aquella época. Jugaron un papel muy interesante. Se creó
una junta directiva. Se definieron las áreas de trabajo y sus responsables. Se
hacía todo tipo de actividades. Entre ellas, baile, cinefórum, disco fórum,
charlas, cursos de formación, actividades deportivas diversas, excursiones,
etc., etc, y nos coordinábamos con otros Centros de los diferentes barrios
Organización de las JJCC en el barrio. A finales de los sesenta contacté con
compañeros de las Juventudes Comunistas de Sabadell y me comprometí a organizar
las Juventud Comunista en el barrio. Cree una célula y creció muy rápidamente.
Trabajábamos para incorporar cada vez a más jóvenes en el Centro. Tirábamos
octavillas en las puertas de las fábricas, a las salidas de los cines de Sabadell,
pidiendo mejoras para los trabajadores y para los barrios. Y a favor de las
libertades políticas y democráticas. Teníamos una gran actividad.
La oposición al
franquismo fue cada vez a más debido a las múltiples luchas
obreras, apoyos intelectuales desde el exilio y desde el interior, la
intervención de miembros de la Iglesia Católica para desvincularse del régimen;
el fortalecimiento del partido comunista español y del PSUC; las
manifestaciones tanto de estudiantes y obreros contra el sistema, el origen de
organizaciones como la ETA que acabó con la vida de Luis Carrero Blanco... el
régimen dictatorial se sentía acorralado y se hizo más peligroso.
De ahí vinieron las
detenciones masivas año 1.972.
Trece de sus jóvenes fueron detenidos
por la policía armada, acusados de “actos vandálicos” en el Santuario de la
Salut de Sabadell. Una acusación nunca creíble por la vecindad porque sabían
que los jóvenes no teníamos esos comportamientos y que más bien era un montaje
de la iglesia, del Ayuntamiento y de la Policía Armada, para frenar el
crecimiento del Centro Cultural, la AVV y a las JJCC.
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Losas de piedra (Asientos) |
Las tres
instituciones, Ayuntamiento, iglesia y policía armada (los grises) se
pusieron de acuerdo y decidieron actuar. Crearon una estrategia para frenar todo
el crecimiento del Centro, de la JJCC y de la AVV y para ello necesitaban una
acusación y un personaje. Entre las familias desestructuradas buscaron a
jóvenes para que alguno de ellos, pudieran declarar contra los jóvenes del
Centro Cultural. Y así fue. La policía consiguió a un chaval al que le hicieron
firmar un acta, donde se nos acusaba de echar abajo unas Losas de piedra del
bosque del santuario. La estrategia de la policía, capitaneada por el famoso
García, Comisario jefe de la Policía Armada y de la Político Social, de aquel
momento, para desmontar todo aquello había dado resultados.
Las detenciones
de PN fueron excesivamente duras. Unas detenciones de carácter
especial. Salvo la detención y encarcelamiento de los miembros de la Asambleade Catalunya (113) que fueron detenidos en el año 1972, también. En Catalunya
no se había conocido otra cosa igual. En ninguna otra ciudad de Catalunya, se
conoció una detención tan masiva como la nuestra. trece jóvenes son muchos para
una barriada de apenas mil habitantes.
Estando,
cumpliendo el servicio militar en el destacamento de infantería de Berga, se presentó mi
padre para informarme de lo ocurrido. Que se habían llevado a todos los jóvenes
del Centro (13 jóvenes) Que venían a por mí y que al no estar se llevaron a mi
hermano, que era menor de edad en ese momento. El pobre estaba tan mal que me
planteó exiliarme. No lo hice. Al día siguiente, un sargento de la compañía,
perteneciente al SIM “Servicio de Información Militar”, me informó que iban a
trasladarme a Lleida. Faltaban dos meses para licenciarme. Me dieron la
documentación y me fui para el cuartel Gardeny, antiguo cuartel de Lleida. Nada
más llegar me entrevista el capitán de la compañía. Me entrevistó dos veces
para conocerme bien. También era del SIM. Estuve dos meses bajo vigilancia
militar. Allá donde iba, dentro o fuera del cuartel, siempre llevaba una
vigilancia. Una situación complicada para mí que no podía relacionarme con
nadie para no complicarles la vida. Pero lo que más me preocupaba era lo que
podría estar sucediendo en el barrio y en las familias de los compañeros.
Cuando pude ir de permiso al llegar vi a un barrio valiente. Me decían que
algunas madres de los detenidos habían salido a las calles a recoger firmas y
pedir dinero para pagar la fianza de uno de los encarcelados. A los dos meses finalicé
la mili.
Aun con toda la
represión sobre el barrio, algunos jóvenes intentamos mantener el Centro
Cultural en pie. Debido a la situación dejamos el local que habíamos
alquilado. Mi padre tenía una casa vacía y trasladamos allí el centro. Pero era
momentáneo y lo tuvimos que dejar.
Me casé en julio
de 1973. En casa teníamos unos carteles grandes que hicimos de Picasso y
una cesta de navidad para recaudar dinero para las actividades. Y, ¿qué pasó?
El dictador Franco había nombrado presidente a Luis Carrero Blanco. Su figura
era un símbolo de la continuidad franquista. El 20 de diciembre de 1973, ETA lo
asesinó mediante una explosión que hizo saltar el coche por los aires. El 22 de
diciembre del 1.973 se produce en PN una nueva redada. Nos detuvieron a siete
jóvenes y una persona mayor. Esta vez lo hicieron con la excusa de la muerte de
Carreo Blanco. Pero a mí me incluyeron también en el sumario de la primera
detención. De los ocho detenidos, solo cinco entramos en prisión, entre ellos
mi mujer y yo. No tenían escrúpulos. Vinieron a detener a un camarada y al no
encontrarlo en la casa se llevaron a su padre. Una persona mayor y muy enferma.
Tan inhumanos que no le dejaron llevarse las medicinas que tomaba para su
enfermedad. De los tres que entramos en la Modelo me quedé solo a la semana de
entrar. A mí me soltaron unos meses más adelante.
Personalmente, eché de que la Asamblea de Catalunya estuviera en la Modelo y convivir con
ellos fue una experiencia interesante. Me metieron en una celda donde había un
chaval que fue detenido en una intervención policial en la térmica del Besos. Y
el otro era Francisco Frutos, que fue secretario general del PCE y coordinador
general de Izquierda Unida. Poco a poco, fueron soltándolos y nos quedamos
solos el resto de los presos políticos.
El joven
antifascista Puig Antich fue detenido el 25 de septiembre de 1973 y condenado a
muerte por un Consejo de Guerra. Fue asesinado el 2 de marzo de 1974. Uno de
los últimos ejecutados por el régimen franquista. Lo trasladaron especialmente
de otra prisión a la Cárcel Modelo, estando yo preso, Los presos políticos hacíamos
asambleas en el patio para decidir la acción que íbamos hacer el día que lo
iban a asesinar. Pero me dieron la libertad provisional y ahí perdí el hilo de
la acción.
El cambio y
transformación del barrio de Pueblo Nuevo llegó de la mano de los ayuntamientos
democráticos (1979) y en Sabadell con Toni Farres al frente. El barrio fue
legalizado y rehabilitado. Muchos de
aquellos jóvenes dejaron de militar. Seguro que cometimos muchos errores, pero dimos
todo lo que pudimos y supimos. Lo aprendido en aquel barrio y en aquel Centro
cultural, lo hemos llevado a adelante con toda dignidad. Militen o no todos son
personas con conciencia de clase
Hoy, después de
50 años hay una la situación muy complicada. Lo que aquellos jóvenes defendíamos
y por lo que luchábamos, no todo se ha conseguido, aunque obviamente se han
mejorado muchas cosas. Aquella frase de por un mundo justo e igualitario, no lo
hemos conseguido. El neoliberalismo ha hecho estragos y nos va dejando los
servicios a un nivel precario. El propio barrio es un sufridor de ello. El
barrio tiene calles asfaltadas, pero no es el mismo, lo dejan sin servicios
básicos: Sanidad, colmados y servicios bancarios. En España más de 13 millones
de personas, el 30% de los españoles, viven en precario. Un porcentaje altísimo
de jóvenes en paro. Las pensiones, la sanidad y la educación pública, todas
amenazadas por las privatizaciones. Seguimos con una justicia en manos del gran
capital. Una ley mordaza que amenaza de ser detenidos y multados.
Han caído los salarios
y los derechos laborales de los trabajadores. La vivienda es cara y prácticamente inaccesible. El medioambiente nos amenaza y las
grandes empresas no ponen los medios para mejorarlo. El escenario político no
es bueno, la ultraderecha está al acecho y quiere atacar las libertades que
hemos conseguido y acabar con la propia democracia. Y por parte de la
ciudadanía hemos dejado de organizarnos en los partidos políticos, asociaciones
reivindicativas, como las AAVV, etc.
Os animo revertir
esa situación y a seguir luchando para un cambio real: por un mundo justo y
solidario.
¡Hay que volver a
soñar!
Domingo 13 de noviembre de 2022
Roque Fernández
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