La Pepi no se merece una mayoría absoluta
Soy una persona conocida en la población desde hace muchos años. Conozco la situación política por mi implicación en ella, desde el año 1974 que vine a vivir a Polinyà.
Saber al dedillo los ajustes y desajustes por los que ha pasado el pueblo de Polinyà, tiene sus ventajas y desventajas, porque ves por donde se mueven los hilos de la política local. Los intereses de partidos y los personales. No dar a conocer esas realidades es esconder la historia de Polinyà a tanta gente que llega nueva. Por ese motivo he decidido publicar este artículo que bien seguro va a levantar ampollas en algunas formaciones y que inequívocamente alguien se podrá ver muy bien reflejado se o reflejada en el.
El pueblo democráticamente le ha dado a la actual Alcaldesa la mayoría absoluta para gobernar los próximos cuatro años, y no tiene que negociar con nadie las políticas a seguir en Polinyà, aunque tampoco ha consensuado nada sin tener la mayoría.
Personalmente, fui de los que le felicitaron al día siguiente, como debe ser, por conseguir unos resultados tan importantes para ella y para su partido. Y, en política, es muy importante que el pueblo le premie a alguien con unos resultados como los que ha tenido. Públicamente le doy la enhorabuena.
Sin embargo, tengo que decir que a juzgar por su trayectoria política desde que gobierna; de regidora desde el 87 al 95 y de Alcaldesa desde el 95 hasta la actualidad, ha tenido siempre conflictos con los partidos que ha trabajado en pactos; primero con la izquierda y después con la derecha nacionalista. Algo debe pasar. Con ambos ha tenido conflictos. Pero también los ha tenido con gran parte de su partido y gente de relevancia como muchos ya conocemos. Se ha demostrado que no hay quien le tosa.
Desde el punto de vista político, es una persona que se ha distinguido que tanto le da la izquierda que la derecha, siempre y cuando ella salga bien parada. No obstante, mejor ha optado por la derecha nacionalista CiU por dos razones, porque son novatos y porque sino hacen lo que ella quiere, los intereses son los intereses y CiU tenía dos opciones; callar y aceptar, o dejar de estar en el gobierno, cosa que no han hecho. Lo que sucede es que cuando han aprendido, y han optado por rivalizar para ocupar la alcaldía, ya han visto lo que les ha pasado. Han recibido los ataques más severos posibles, desde las dos publicaciones dominadas por el PSC: el Butlletí Municipal y el del propio del PSC. Así con todos ha ocurrido lo mismo.
¿Qué pasó cuando regía la Alcaldía Mª Carmen? ¿Ya nos hemos olvidado? No por mi parte. Hay quien mantiene firme la memoria de aquellos tiempos. Y yo soy uno de ellos. Soy de los que perdonan pero no olvida.
Es imposible que se olviden semejantes acusaciones, falsedades y acciones tan indignas. Como es imposible olvidar que una vez conseguidos los votos de los comunistas, Pepi pactó con CiU. Después los comunistas son los malos. ¿Que hubiera sido de ella si los comunistas actuaran como ella ha actuado siempre?. ¿Hubiera sido alcaldesa? No. Los comunistas nos regimos por cerrar el paso a la derecha y así es como lo hicimos en el 95. Nuestra coherencia muchas veces nos crea estos desajustes. Pero creemos que sin coherencia no hay que estar en política, aunque eso es hoy una utopía en muchas formaciones.
En tantos años ya en el gobierno ha aprendido a sobrellevar el cargo y se mueve bien acompañada siempre con una dotación de personal asesor que muchos alcaldes o alcaldesas, de Ayuntamientos de rango superior en habitantes, quisieran para ellos. Y esto nos lleva siempre a que sean los de fuera los que nos dirigen y decidan lo que hay que hacer aquí. En definitiva “Polinyà es una pista de aterrizaje” de socialistas que hay que socorrer por perder alcaldías en otros pueblos.
Ha trabajado con audacia contra todo aquello que le puede molestar. Y acomoda y facilita amistad a los que aspiran a trepar escalones en el partido, como ha sucedido recientemente con alguno. Toda esa labor la lleva perfectamente. Pero si miramos que lo que estamos tratando es de dirigir un pueblo. Educar y crear una cultura de convivencia social, son actos que perjudican más que ayudan.
No se le puede reconocer que haya sido una persona que de cancha a la participación ciudadana, aun estando ahora en un proceso de Plaza Central. (Me remito a un artículo que he publicado al respecto en este blog sobre la participación ciudadana) Razón por la que la ciudadanía se siente disgustada por no poder decidir sobre el futuro de su pueblo. De las infraestructuras. Dónde van las finanzas, cómo y dónde las vamos a emplear. Eso sí, las subidas espectaculares de sueldo ya se han tratado en algunas columnas también.
Estas son algunas razones por las que he decidido publicar que la Pepi no se merece recoger la buena voluntad de la ciudadanía. Puedo estar equivocado. Pero alguien tendrá que demostrármelo. Y si quiere alguien, aquí hay un espacio para debatir.
Roque Fernández
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