La ceguera política del PSC de Polinyà


He decidido escribir esta nota a título personal, porque es difícil pasar por alto las actitudes políticas que lejos de trabajar para edificar una sociedad nueva y de nuevos valores humanos, se enseñe a odiar a un rival político de la misma clase social. Aquí entra de lleno la frase del Che cuando decía: “si fuéramos capaces de unirnos, que bello y cercano seria el futuro”.

Sería interesante conocer los motivos si los hay “sobre el por qué el PSC conserva tanto odio a su izquierda”. Es triste reconocer que nunca las relaciones personales ni políticas fueron buenas entre las dos organizaciones de izquierdas de Polinyà. Incluso cuando la izquierda de Polinyà siempre se nutrió de personas luchadoras, honestas y de reconocido prestigio en el pueblo. Es una izquierda por la que pasaron y convivieron familiares directas de dirigentes del PSC y ocuparon cargos municipales en varias elecciones des de el 1979, cuando aun ni siquiera había nacido el PSC de Polinyà (año 1986). La izquierda de Polinyà fue siempre una organización combativa que luchó en solitario contra la especulación del momento y defendió mejores condiciones de vida para los ciudadanos. Es la izquierda que gobernó los designios este pueblo desde el año 1987 al 1995. Y es la izquierda que sigue trabajando y luchando para cambiar las cosas que no gustan en Polinyà y en el mundo.

Sigo intentando localizar un sólo motivo que pueda justificar el odio y de repente apareció un posible razonamiento que más o menos puede estar acertado; algo han hecho los socialistas para que les haya ido tan bien. A ellos, claro está.

A Polinyà han venido miles de personas provenientes de otras ciudades de mayoría socialista electoralmente al que el PSC ha sabido tratar vinculando un enfrentamiento político para desgastar a la izquierda. Y de ahí les viene parte de los grandes réditos electorales obtenidos. Aunque sean hechos refutables que producto de la ceguera política lleve un partido de izquierdas a echar mano de comportamientos tan poco edificantes.

Aun así, quiero personalmente destacar lo positivo e importante que es que elección tras elección ICV-EUiA y PSC juntos obtengan el respaldo mayoritario de la ciudadanía de Polinyà, porque son partidos que si bien les separa una gran distancia en su estrategia final, en los pueblos representan a una misma clase social. Y son partidos que, en teoría, deberían consensuar y luchar unidos por alcanzar políticas sociales para los trabajadores, y más en los momentos tan dificultosos como estos. Esta actitud sería de agradecer por la ciudadanía.

Urge una rectificación del PSC antes de que sea tarde. El PSC debe responder a la nueva situación y comprender que todas las fuerzas políticas locales van a trabajar siempre para ampliar su espacio político y social y alcanzar cada vez mayor representación municipal de cara a desarrollar sus proyectos políticos y sus estrategias. Eso no es malo, todo lo contrario, es bueno porque se enriquece el debate plural. Esa es la democracia. Y claro está que no se puede seguir siendo tan beligerante con las personas y partidos que luchan por un mundo mejor (…) un mundo más solidario y más justo. Los enemigos son otros.

Que las sosas en Polinyà no están bien, es un clamor. Que Polinyà necesita más consenso y dinamismo...y más participación, también. Es la realidad. Y hay que prepararse porque la sociedad cada vez va a exigir más y hay que responder ante ella. Hay que responder porque es a ella a quien le corresponde labrar y confeccionar su futuro y no dejarlo en manos de mesas copadas de intereses y despachos plagados de burócratas y tecnócratas.

La izquierda también ha cometido grandes errores que habrá que ir mitigándolos porque tiene delante varios retos y tiene que responder con decisión, seriedad y fuerza renovada, para reforzar la credibilidad. Bajo mi opinión personal creo que hay necesidad de acelerar el ritmo de la acción y ampliar la base política y electoral de ICV-EUiA. Profundizar más en la participación para aplicar las políticas sociales que corresponden a tiempos de crisis. Hay que reunificar nuevamente a toda la izquierda plural y marcar las directrices políticas pertinentes capaces de engrescar a la mayoría de la izquierda plural de Polinyà. Me satisface conocer que es en esa línea en la que se está moviendo en este momento. Su actividad es intensa y satisfactoria. Y como no está demás, me gustaría hacer una llamada a todas las personas de izquierdas de Polinyà a que se sumen al proceso.

Estamos en tiempos muy duros para los trabajadores. Son tiempos de ejercer la solidaridad y ejercer más presión social a gobiernos para que respondan a las necesidades y a la precariedad que han sembrado con las crisis. Hay que reforzar la idea de que los trabajadores no provocaron la crisis y son los que la están pagando, mientras los poderosos que la crearon aun en crisis obtienen grandes beneficios. En esa dirección hay que apoyar la huelga general convocada por los sindicatos para el 29 de septiembre y trabajar para que sea un éxito. Una huelga en la que nos jugaos muchos las fuerzas de izquierda, los sindicatos y los trabajadores.

En ese terreno, hay necesidad de reforzar la exigencia de los Ayuntamientos sobre la financiación de los municipios. Hay que constatar que llevamos cuarenta y un años de Ayuntamientos democráticos y son cuarenta y un años de fracaso del municipalismo, por no haber conseguido establecer un modelo de financiación ajustado a la realidad. Máxime cuando se han acabado los grandes ingresos de las licencias de obras y afloran deudas impresionante como las de Polinyà y difíciles de afrontar. Según el Ministerio de Economía y Hacienda, el Ayuntamiento de Polinyà a 31/12/2009 poseía una deuda de 9.158.000€ el 51,98% del presupuesto municipal que ascendió a 17.618.729€ para el 2009. La deuda viva a 31/12/2008 ascendía a 9.484.000 por lo que en el último año la deuda se redujo a 326.000€.

Es tiempo de defender todo lo conseguido durante tantos años de lucha en materia sanitaria, en educación y en las relaciones laborales. Los trabajadores no podemos dejar pasar desapercibidos y por alto como si no pasara nada con las voces que apuestan por colocar el repago de los servicios sanitarios. Los servicios públicos de salud hay que blindarlos y declarar innegociable su precariedad y su privacidad.

Pero tampoco se puede dejar pasar las mentiras y falsedades interesadas, como es el caso de Can Anglada. CiU no puede desvincularse de su responsabilidad en el tema del derrocamiento de la Masía de Can Anglada. Y no pueden desvincularse porque ellos también formaron parte del gobierno cuando se aprobó el derrumbe de Can Anglada. Como son responsables también de que la Masía de Can Serra no tenga proyecto y que finalmente se tenga que derrumbar. Sres. de CiU, no todo vale con tal de ganar votos. A Uds. también les solicito su ayuda para dignificar la política en Polinyà.

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