Reflexión personal sobre las elecciones municipales en Polinyà


La coalición ICV-EUiA de Polinyà vuelve a coger vuelo después de 16 años de ser torturada por el PSC. Ha tenido que sufrir el pacto PSC-CiU tres legislaturas consecutivas: años 95-99, 99-03, 03-07 y finalmente, la desastrosa y nefasta mayoría absoluta del PSC, 2007-2011.
Con el pacto PSC-CiU, los socialistas quisieron eliminar políticamente a EUiA para asegurarse la hegemonía total de la izquierda de Polinyà, pero no lo consiguieron, por mucho que se haya sufrido, porque la razón da fuerza y es lo que les ha hecho fuertes. Después de 16 años los compañeros de EUiA de Polinyà vuelven a retomar la fuerza y a ser decisivos.

Durante estas cuatro legislaturas el PSC se ha beneficiado de la bonanza económica y de ahí los beneficios electorales. Pero su lema de campaña es engañoso, porque nunca han sido primero las personas y menos las personas que ellos dicen representar. Primero han sido ellos y sus intereses estratégicos de partido.

Sinceramente, como decía en un artículo anterior en “Polinyà de todos”, el PSC tiene que renovarse, si quiere tener la confianza de la izquierda, los mismos no la ofrecen y es muy difícil converger. No puede ser, porque para desarrollar un proyecto lo primero que hay que tener es la confianza y si no la hay, es muy difícil que se produzca el acuerdo.

Soy partidario de que lo primero que hay que hacer es abrir un debate dentro de la coalición ICV-EUiA y trasladar el debate al conjunto de la sociedad Polinyense. Que hable el pueblo. Nada de pactos secretos. Y menos de pactos de intereses, como los que se han dado desde el 95 al 2007.

Un pacto exigente para todos, que garantice la lucha contra los recortes sociales; un pacto por el empleo, una educación de calidad y contra el fracaso escolar, la sanidad de calidad, por una política medioambiental acorde con la situación, que no se perpetúen los barracones como en otros años, adaptarnos a las nuevas necesidades de las personas en paro y las familias más vulnerables, un proyecto de cultura, un proyecto deportivo, un proyecto de y para los jóvenes, adaptación de los carriles bici y de las nuevas tecnologías, una política de vivienda pública, una política de movilidad, defender las reivindicaciones de la línea ferroviaria Sabadell-Granollers, etc,etc… Estas pueden ser unas, pero seguro que hay muchas más que habría que concretar.

Un pacto con luz y taquígrafos. Que todo el pueblo sepa de qué va la cosa.



Roque Fernández

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