ALBERTO GARZÓN RESPONDE A 50 PREGUNTAS SOBRE EL TTIP
ALBERTO GARZÓN RESPONDE A 50 PREGUNTAS SOBRE EL
TTIP
1. ¿Qué es un tratado de libre comercio? (EL TTIP)
Un tratado de libre comercio es un acuerdo que se
firma entre dos o más países y que tiene como objetivo ampliar el mercado de
bienes y servicios entre los países firmantes.
Para ello se busca la reducción o eliminación de
las barreras arancelarias y no arancelarias que existen en un determinado
momento entre espacios económicos.
Es decir, busca la reducción o eliminación de los
impuestos a la importación y de la regulación relativa a la comercialización
internacional de bienes y servicios.
Cuando el acuerdo se firma entre dos países es
conocido como acuerdo bilateral mientras que cuando se firma entre más de dos
países se denomina acuerdo multilateral.
En el mundo hay más de 3.000 acuerdos internacionales
de inversión, la mayoría de ellos bilaterales.
2. ¿Cuándo se ha empezado a negociar el tratado
entre EEUU y la UE?
El 28 de noviembre de 2011 durante encuentro entre
líderes europeos y estadounidenses se creó el Grupo de Trabajo de Alto Nivel
sobre Empleo y Crecimiento (HLWG, por sus siglas en inglés).
Este grupo tenía como objetivo estudiar las
políticas necesarias para incrementar el comercio y la inversión entre EEUU y
la UE, haciendo recomendaciones a los diferentes gobiernos.
En junio de 2013 la Unión Europea y los Estados
Unidos anunciaron el inicio de negociaciones para llegar efectivamente a un
Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP, por sus siglas en
inglés), también conocido simplemente como Tratado de Libre Comercio (TLC). Las
conversaciones comenzaron finalmente durante el mes de julio de 2013, y se
prevé que se pueda aprobar finalmente durante 2014.
3. ¿Por qué no me he enterado antes?
Aunque la Comisión Europea ha insistido en que la
negociación es transparente, lo cierto es que el proceso de negociación es
prácticamente secreto.
No se conocen detalles concretos de las
negociaciones y sólo algunos documentos filtrados desde las propias instancias
europeas han permitido ir desgranando los pilares del futuro acuerdo.
El negociador principal de la parte europea
reconoció en una carta pública que todos los documentos relacionados con las
negociaciones estarían cerrados al público durante al menos treinta años.
Concretamente aseguró que esta negociación sería
una excepción a la Regla 1049/2001 que establece que todos los documentos de
las instituciones europeas han de ser públicos.
Asimismo, el comisario De Gucht aseguró en el
Parlamento Europeo que la negociación del TTIP debía tener grado de
confidencialidad y negó la función de negociación al Parlamento. Lo que supone
un ataque más a la ya escasa democracia en el seno de la Unión Europea.
4. ¿Entonces, qué principio guía la redacción del
documento?
Son los intereses económicos de las multinacionales
los que están dictando las negociaciones.
De hecho, la Comisión Europea se embarcó en más de
100 encuentros cerrados con lobistas y multinacionales para negociar los
contenidos del tratado.
La Comisión Europea tuvo que reconocer esos
encuentros a posteriori, y más del 90% de los participantes resultaron ser
grandes empresas[3].
5. ¿Quién apoya este TTIP en España?
Dado que no hay debate público, es muy difícil
conocer la opinión de la ciudadanía o de las organizaciones civiles. Sin
embargo, la mayoría de los partidos del Congreso de los Diputados sí se han
posicionado ya.
El acuerdo firmado en junio de 2013 entre el
Partido Popular y el Partido Socialista en el Congreso recogía una petición
expresa al Gobierno para «apoyar un rápido comienzo de las negociaciones de un
acuerdo de libre comercio entre los Estados Unidos de América y la Unión
Europea ambicioso y naturalmente beneficioso».
6. Al menos podremos votar los ciudadanos…
No, dado que la aprobación final del TTIP
corresponde al Parlamento Europeo. Sólo en caso de que las autoridades
nacionales quisieran consultar a sus ciudadanos podríamos participar de forma
directa en la decisión.
Sin embargo, el 6 de mayo de 2014 el Congreso de
los Diputados rechazó la convocatoria de un referéndum sobre el TTIP, como
proponía Izquierda Unida, con los votos en contra de PP, PSOE, CIU, PNV y UPyD.
7. ¿Son muy altas las barreras arancelarias entre
EEUU y la UE?
No. La propia Comisión Europea ha reconocido que
«las relaciones económicas entre los Estados Unidos y la Unión Europea pueden
ser consideradas entre las más abiertas del mundo».
Asimismo, la Organización Mundial del Comercio ha
estimado que las tarifas promedio rondan el 3,5% en Estados Unidos y el 5,2% en
la Unión Europea. Estamos hablando de niveles extraordinariamente reducidos.
8. ¿Entonces qué se busca con el TTIP?
La Comisión Europea considera que «las medidas
regulatorias constituyen el mayor obstáculo para incrementar el comercio y la
inversión entre Estados Unidos y la Unión Europea».
Así, el propósito no es la reducción de los ya
bajos niveles arancelarios sino la modificación de la regulación existente en
las relaciones comerciales entre ambos espacios económicos, favoreciendo
únicamente a las grandes empresas transnacionales que son las únicas
interesadas.
9. ¿De qué tipo de regulación estamos hablando?
Se trata de la regulación relacionada con el
control sanitario de determinados productos, con los estándares
medioambientales, con los convenios laborales, con la propiedad intelectual e
incluso con la privatización de servicios públicos.
Se argumenta que estas normas suponen costes
adicionales para las empresas, todo lo cual sería una pérdida de potencial
económico para las distintas economías.
10. ¿Y cómo afectaría un TTIP al crecimiento
económico y el empleo?
Según informes económicos favorables al acuerdo, el
TTIP crearía en EEUU y UE hasta dos millones de nuevos puestos de trabajo y
estimularía el crecimiento económico incluso un 1% anual.
Sin embargo, el propio informe de la Comisión
Europea apunta a un posible crecimiento económico del 0,1% anual en uno de las
mejores escenarios posibles. Por otro lado, la Comisión Europea también señala
entre los beneficios de este Tratado la bajada de precios.
11. Menos es nada. ¿Son creíbles esas predicciones?
En absoluto, dado que se han extraído de modelos
econométricos que dependen de unas hipótesis poco realistas. Siempre es posible
torturar los modelos estadísticos y los propios indicadores para que nos digan
lo que queremos. Es mucho más riguroso basarse en la experiencia pasada de
tratados similares que en esbozar milagros sobre el papel.
12. ¿Hay experiencias pasadas que sean
equiparables?
Sí, por ejemplo el conocido como Acuerdo de Libre
Comercio de Norte América (NAFTA, por sus siglas en inglés). Cuando se firmó
por Canadá, Estados Unidos y México en 1993 se anunció que crearía un total de
20 millones de empleos.
Pasado el tiempo la propia Cámara de Comercio de
EEUU ha reconocido que tal promesa no se materializó.
De hecho, las estimaciones independientes más
razonables apuntan a que finalmente hubo una pérdida neta de empleos cercana al
millón de personas debido a las deslocalizaciones.
13. ¿Es posible que el TTIP destruya puestos de
trabajo?
Por supuesto, y de hecho incluso la Comisión
Europea asume que va a ocurrir. Lo que sucede es que la Comisión considera que
será un efecto parcial circunscrito a algunos sectores económicos y zonas
geográficas y que será compensado por efectos positivos en otros sectores económicos
y regiones.
También algunos pensadores liberales sostienen que
los efectos perjudiciales sobre el empleo serán compensados por el
desplazamiento productivo hacia líneas de actividad más eficientes.
14. Entonces… ¿aumentar la oferta de bienes y servicios
va a crear empleo en España?
No. Nuestro problema no es la oferta sino la
demanda. Si nuestros ingresos y rentas disponibles son menores, lógicamente
compramos menos. Es decir, cada vez somos más pobres y no se incrementan las
ventas.
Por lo tanto, lo que se va a producir es un
trasvase de ventas desde las empresas locales hacia las grandes empresas que
son las pueden mantener estructuras de costes y precios reducidos a lo largo
del tiempo hasta que hayan logrado eliminar a la competencia local.
15. ¿Quiere decir eso que se destruirán empresas y
sectores?
Efectivamente. Cuando se amplían los mercados la competencia se incrementa y las empresas nacionales se ven obligadas a competir con las extranjeras.
Y en esa pugna acaban victoriosas las empresas más
competitivas. Todas las que no puedan competir y ofrecer precios más bajos
tendrán que desaparecer junto con todos sus puestos de trabajo.
De hecho, la Comisión Europea ha reconocido que la
ventaja competitiva de algunas industrias estadounidenses generarán un notable
impacto negativo en sus homólogas en la Unión Europea, pero asume que los
gobiernos tendrán fondos suficientes para mitigar los costes que ello genere.
16. ¿Cómo se verá afectada la agricultura europea?
El modelo agrario europeo es muy diferente al
estadounidense, tanto en su organización como sobre todo en su tamaño. En EEUU
hay 2 millones de granjas, mientras que en la Unión Europea hay 13 millones. En
promedio una granja estadounidense es 13 veces más grande que una europea, lo que
permite a las empresas estadounidenses competir en mejores condiciones.
Por eso los agricultores europeos están tan
preocupados: la amenaza de una concentración de poder y riqueza en el sector es
muy alta.
17. ¿Mayor concentración?
Sí, el efecto final de un proceso como el descrito
es siempre un aumento de la concentración y centralización de las empresas.
Dicho de otra forma: el pez grande se come al pez chico.
El TTIP implicará un duro golpe a la mayoría social
del tejido empresarial europeo, que está constituido en su 99% por pequeñas y
medianas empresas.
Hasta ahora, los desarrollos normativos en los
distintos países de la Unión Europea buscaban equilibrar las condiciones en el
juego de la economía de mercado defendiendo a las pequeñas empresas para que
tuvieran la oportunidad de competir en igualdad de condiciones con las grandes.
Con el TTIP este equilibrio se rompe para
inclinarse la balanza a favor de las grandes corporaciones.
18. ¿Y ello conducirá a una UE más homogénea?
No, lo que es más probable es que se produzca una
ampliación de la brecha centro-periferia que ya existe en la Unión Europea.
La estructura productiva de los países de la
periferia (Portugal, Grecia, España…) está mucho menos desarrollada y es mucho
menos competitiva, de modo que una mayor competencia proveniente de las
empresas estadounidenses será un golpe mortal a las frágiles industrias de la
periferia europea.
Además, no sólo se conducirá hacia una UE menos
homogénea, sino que la brecha entre economías ricas y pobres, entre el norte y
el sur, a escala mundial no haría más que aumentar. Dicho de otro modo, el
norte se alía con el norte.
19. ¿Supone eso el fin de las posibilidades de
reindustrialización?
Efectivamente. Cuando se amplían los mercados la competencia se incrementa y las empresas nacionales se ven obligadas a competir con las extranjeras.
Sí, porque se establece una camisa de fuerza que limita
enormemente la capacidad de desarrollar una industria propia y competitiva para
los gobiernos de las economías menos desarrolladas. Al fin y al cabo, los
países que primero se industrializaron lo hicieron a través de medidas
totalmente contrarias a las apuntadas por los tratados de libre comercio.
20. ¿Es eso cierto? ¿Es posible el desarrollo sin
libre comercio?
Por supuesto. Como afirma el trabajo del reputado
economista Ha-Joon Chang, «los consejos dados a los países en desarrollo
durante las dos últimas décadas no sólo han sido básicamente erróneos sino que
también ignoran la experiencia histórica de los propios países industrializados
cuando se esforzaban por alcanzar el desarrollo».
Concretamente, los países que primero se
desarrollaron lo lograron a través de políticas de protección a la industria
naciente y subsidios a la exportación, hoy prácticas consideradas muy negativas
por los organismos internacionales.
21. ¿Significa eso estar en contra del comercio?
En absoluto. El comercio es muy positivo para las
relaciones económicas y sociales, pero debe enmarcarse en un conjunto de reglas
que impidan la concentración de poder y riqueza o la vulneración de los
derechos humanos.
El propio Adam Smith, a menudo símbolo del
capitalismo industrial, fue partidario de establecer topes al libre comercio al
percibir que un mercado desenfrenado y carente de la acción del Estado podía
atacar la esencia humana.
22. ¿Entonces por qué se nos recomienda medidas
erróneas?
El economista alemán Friedrich List lo resumió con una metáfora. Según él, «un ardid muy común e inteligente que practica quien ha alcanzado la cumbre de la grandeza es retirar la escalera por la que ha trepado para impedir a otros trepar tras él».
Ello quiere decir que los países más desarrollados,
que tienen industrias de alto valor añadido muy competitivas recomiendan al
resto la apertura de fronteras comerciales porque saben que la victoria de sus
empresas está asegurada.
El propio List ya apoyó la idea según la cual «en
presencia de países más desarrollados, los países [económicamente] atrasados no
pueden desarrollar nuevas industrias sin contar con la intervención estatal,
especialmente con protección arancelaria».
Dicho de otra forma, en ese terreno de juego será
imposible para España encontrar otro modelo productivo sostenible y
equilibrado.
23. ¿Y qué pasará durante la lucha competitiva
entre las empresas?
Cuando varios países abren sus fronteras para crear
un mercado común de bienes y servicios se da un fenómeno de competencia hacia
la baja o carrera hacia el fondo en el que se desploman los estándares
laborales, los medioambientales e incluso los democráticos.
Eso es lo que supondrá la aprobación del TTIP.
Aunque la retórica oficial de la Comisión Europea habla de «armonización de la
regulación», se trata en realidad de un proceso en el que la igualación viene
dada a la baja.
Así, se habla de un proceso de mínimo denominador
común en el que el resultado de la armonización será la igualación al nivel de
la regulación más laxa.
24. Entonces, ¿pueden verse afectados los derechos
laborales?
Sí. EEUU se ha negado a ratificar convenios de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), incluyendo aquellos que se refieren
a la libertad de asociación y a las prácticas sindicales.
Su legislación -irónicamente llamada derecho al
trabajo- es en realidad una legislación contra la negociación colectiva y el
sindicalismo, y ha modelado en EEUU un sistema de competencia a la baja en
materia laboral entre los Estados.
Todos pugnan por atraer inversiones internacionales
y nacionales por la vía de reducir aún más las condiciones laborales. Una
igualación de la regulación hacia el sistema estadounidense es compatible con
la cruzada que la Comisión Europea ha iniciado contra los salarios y el peso
salarial en la renta.
El TTIP podría servir de catalizador del
acercamiento de las normas laborales europeas a los estándares estadounidenses.
Una generalización de la carrera hacia el fondo.
25. ¿Y a qué tipo de trabajo conducen estas normas?
En un escenario de incremento de la competencia, y
en el que opera una tendencia de carrera hacia el fondo, el trabajo se va
precarizando cada vez más y se disipan las posibilidades de un trabajo
indefinido o estable. Las empresas siempre estarán dispuestas a deslocalizarse
hacia las regiones donde se den menos salarios y costes laborales –entre los
cuales cabe incluir los derechos laborales-, de tal forma que la amenaza es
permanente.
Esa amenaza, junto con la del desempleo, presiona a
la baja todos los estándares. Incluido el del salario, cuestión que ya
teorizaron los economistas clásicos (Marx, Ricardo, Smith) al hablar de una
tendencia hacia el salario de subsistencia, esto es, hacia un nivel
verdaderamente ínfimo.
26. ¿Significa eso que habrá nuevas reformas
laborales?
Efectivamente. Una vez aprobado el TLC todos los
Gobiernos tendrán que adaptar sus normativas nacionales a los nuevos acuerdos
internacionales, lo cual implicará una nueva ola de reformas laborales,
financieras, fiscales, etc. que sirva a esa armonización regulatoria propuesta
en el tratado.
27. ¿Van a pagar las empresas menos impuestos?
Las grandes empresas ya tienen mecanismos para
eludir el mayor pago de impuestos posibles. Los aranceles se repercuten al
consumidor final de los bienes o servicios.
La eliminación de los mismos suponen una merma en
los ingresos públicos de los Estados, que podrían destinarse para compensar el
impacto ecológico de la actividad económica o los costes sociales de las
deslocalizaciones empresariales.
28. ¿El tratado también regulará el sector
sanitario?
Toda la regulación está sujeta a ser modificada por
el tratado, pero los negociadores de Estados Unidos han señalado
particularmente a la regulación sobre sanidad y productos fitosanitarios como
principales objetivos a armonizar.
Y es que la regulación de la Unión Europea en esta
materia está mucho más desarrollada y es más rígida que la de Estados Unidos,
razón por la cual una armonización a la baja será especialmente lesiva para los
ciudadanos europeos.
29. ¿Eso quiere decir que estará en riesgo mi
salud?
Muy probablemente. La Unión Europea utiliza
actualmente un principio de precaución que impide que determinados productos
puedan comercializarse a pesar de que no haya suficiente investigación
científica que revele su peligrosidad.
El sistema funciona porque son las empresas las que
tienen que demostrar que sus productos no representan un problema para la salud
del consumidor. Y ese proceso es largo, lo que los empresarios estadounidenses
consideran que es un coste que hay que evitar.
30. ¿Y si finalmente se produce esa armonización?
Pues entre otras cosas los supermercados europeos
se inundarán de productos que son habituales en Estados Unidos y que sin
embargo a día de hoy están prohibidos en la Unión Europea por motivos
sanitarios o ecológicos.
Por ejemplo, el 70% de toda la comida vendida en
Estados Unidos contiene ingredientes modificados genéticamente, algo impensable
actualmente en la Unión Europea.
31. ¿Y por qué a día de hoy están prohibidos tantos
productos?
En las décadas de los ochenta y noventa la Unión
Europea introdujo restricciones a la importación de muchos productos
estadounidenses por motivos de salud.
Por ejemplo, las granjas estadounidenses suelen
incrementar su productividad a través de la implantación a los animales de
hormonas que les hacen engordar y crecer más rápido.
Dichas hormonas, aplicadas sobre las reses o los
pollos, están bajo sospecha tras vincularse con la proliferación del cáncer en
humanos. Por eso la Unión Europea ha bloqueado sistemáticamente tantas
importaciones, a pesar de las duras críticas de la industria estadounidense.
32. ¿También el medio ambiente se verá afectado?
Sí, y no sólo porque la regulación medioambiental
será modificada sino también porque el incremento del volumen de intercambio de
bienes y servicios afectará al medio ambiente.
La propia Comisión Europea prevé un incremento de
hasta 11 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono emitidas a la
atmósfera, lo que obviamente contraviene todos los protocolos internacionales
de medio ambiente.
Si finalmente se incrementa el comercio, se
incrementarán también los recursos materiales, hídricos y energéticos
necesarios para su producción, así como residuos, emisiones y desechos. Eso sí,
en un alarde de hipocresía y economicismo, la Comisión Europea espera que «las
ganancias asociadas con el incremento del comercio sean en principio
suficientemente grandes como para pagar los costes necesarios para la
disminución de la polución».
Pero cabe advertir que la lógica monetarista y de
mercado son ineficaces para dar solución a los problemas ecosistémicos, ya que
éstos se rigen bajo otros principios.
33. Y la armonización de la regulación
medioambiental, ¿cómo afectará?
El economista alemán Friedrich List lo resumió con una metáfora. Según él, «un ardid muy común e inteligente que practica quien ha alcanzado la cumbre de la grandeza es retirar la escalera por la que ha trepado para impedir a otros trepar tras él».
De la misma forma que ocurría en el aspecto
sanitario, con una armonización a la baja y la ruptura del principio regulatorio
de precaución que actualmente usa la Unión Europea. Por ejemplo, hoy en día la
Unión Europea bloquea más de 1.200 sustancias que se utilizarían en cosméticos,
mientras que Estados Unidos sólo bloquea poco más de diez. Además, la
armonización de la regulación sobre prácticas que dañan al medio ambiente
podría abrir la puerta al fracking en Europa.
34. ¿Qué es el fracking?
Esta práctica permite extraer gas o petróleo del subsuelo pero dejándolo prácticamente inutilizable y plagado de sustancias tóxicas, alergénicas y cancerígenas. Además, es un proceso vinculado a la generación de terremotos de diferente magnitud.
De ahí que esta práctica esté siendo frenada
legislativamente en la Unión Europea, algo criticado duramente por las grandes
empresas y por sus partidarios.
Y es que las grandes empresas estadounidenses de
exportación de gas y petróleo están buscando formas de superar la normativa
europea respecto a la fracturación hidráulica (fracking) para poder incrementar
sus beneficios.
El primer ministro del Reino Unido, sin ir más
lejos, denunció que la legislación europea permitía que «nuestros competidores
vayan por delante de nosotros en la explotación de estos recursos».
35. ¿Qué ocurrirá con la propiedad intelectual?
El Tratado incluirá disposiciones para promover los
llamados derechos digitales, es decir, supuestamente para proteger a las
empresas de la piratería digital. Pero en realidad esto puede suponer la
restricción del acceso al conocimiento y la puesta de obstáculos a la
innovación.
36. Eso me suena… ¿no se debatió ya en el
Parlamento Europeo?
Efectivamente, el TTIP busca recuperar el espíritu
del Acuerdo Comercial Antifalsificación (ACTA, por sus siglas en inglés).
Aquel acuerdo fue debatido y felizmente rechazado
en el Parlamento Europeo en el año 2012, pero las grandes empresas y sus
lobbies no se han rendido y buscan ahora incluir los aspectos fundamentales
dentro del TLC.
37. ¿Y cómo afectará a los ciudadanos esa
inclusión?
Hay que recordar que en Estados Unidos las grandes empresas pueden acceder sin límites a toda la información privada de sus clientes. Así, empresas como Facebook, Google o Microsoft tienen capacidad de utilizar esa información como deseen.
Sin embargo, en la Unión Europea hay límites que
protegen ese espacio personal. ACTA y ahora el TLC buscan romper esa regulación
europea para armonizarla con la falta de límites de Estados Unidos.
Y ello incluye la posibilidad de que los
proveedores de internet puedan dar toda la información -incluido el historial
de navegación- a los gobiernos y grandes empresas.
En definitiva, con la excusa de querer proteger los
derechos de propiedad intelectual de las grandes empresas se vulneran
claramente los derechos individuales de los ciudadanos.
38. ¿Y eso afecta a las medicinas?
Exacto, pues el TLC busca reforzar los derechos de
propiedad intelectual. Y ello incluye el fortalecimiento de las patentes de las
empresas farmacéuticas.
Esta política supone un mayor coste para los
presupuestos públicos en sanidad, retraso en la incorporación de genéricos y
mayor coste de los medicamentos para los hogares.
Hay que recordar que cuando un medicamento con
patente compite con un medicamento genérico se produce una disminución del
precio de los medicamentos en cuestión, todo lo cual beneficia no sólo a los
hogares sino también a la administración pública.
39. ¿Y a los servicios públicos?
El Tratado alcanza a todos los sectores de la economía, incluido el sector público. Muchos de los sectores públicos en Europa son fundamentalmente privados en Estados Unidos, y existe la amenaza real de que las grandes empresas estadounidenses vean Europa como un gran mercado para su expansión.
Al coincidir esto con las políticas de austeridad
promovidas por la Comisión Europea, hay un riesgo más que evidente de que el
deterioro de la calidad de los servicios públicos sea la excusa de una futura
ola de privatizaciones en numerosos sectores públicos. Ello apunta a una
reducción del Estado y su capacidad de intervenir en la economía.
40. Eso interpela a la democracia…
Sí. La democracia en su definición procedimental implica una serie de reglas que permiten a los ciudadanos elegir a los representantes que tomarán las decisiones políticas.
Pero entre los requisitos previos se encuentra
asimismo la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos, que es en quienes
reside la soberanía nacional.
Sin embargo, este tratado de libre comercio atenta
directamente contra este requisito al conceder una mayor protección legal a las
grandes empresas que a los propios ciudadanos o a los Estados.
41. ¿Quiere decir que las grandes empresas se
sitúan por encima de los Estados?
Desgraciadamente así es, dado que el TLC incluirá
una cláusula de protección de los inversores extranjeros (conocida como
Investor-State dispute settlement, ISDS) que permitirá a las multinacionales
demandar a los Estados cuyos gobiernos aprueben leyes que afecten a sus
beneficios económicos presentes o futuros.
42. ¿Entonces el TTIP estará por encima de la
Constitución de cada país?
Sí, será como una supraconstitución. Y los
tribunales internacionales de arbitraje, que no están constituidos por jueces
independientes, tendrán un nivel judicial más alto que los tribunales
nacionales.
Así, un Estado puede ser condenado por un tribunal
internacional por haber vulnerado los posibles beneficios de una multinacional.
Pero además las grandes empresas pueden obviar los
tribunales locales y directamente demandar a los Estados a través de tribunales
internacionales, algo que ningún ciudadano puede hacer.
43. ¡Eso ni en la ciencia ficción!
Ojalá sólo fuera parte de una novela distópica.
Pero la realidad es que estas cláusulas y los tribunales internacionales de
arbitraje ya existen en el mundo desde hace mucho tiempo, pues han llegado de
la mano de muchos otros tratados de libre comercio. Lo que sucede es que esta
vez llegan a la Unión Europea de una forma mucho más clara.
44. ¿Y ya hay empresas que hayan demandado a los
Estados?
Sí, por ejemplo la multinacional estadounidense
Phillip-Morris ha demandado a Uruguay por 2.000 millones de dólares por haber
puesto alertas sanitarias en las cajetillas de tabaco.
Otra multinacional como Vattenfall ha demandado a
Alemania por 3.700 millones de dólares por haber apagado sus centrales
nucleares.
Otra como Lone Pina ha demandado a Canadá por 250
millones de dólares canadienses por la moratoria de fracking que aprobó el
Gobierno de Quebec.
45. ¿Se han dado sentencias condenatorias contra
los Estados?
Hay muchos ejemplos. Ecuador fue sentenciado a
pagar 2.300 millones de dólares a la petrolera Occidental Petroleum, por
abandonar la construcción de un pozo de petróleo en el Amazonas.
E incluso Libia tuvo que pagar 900 millones de
dólares de ”beneficios perdidos” por un proyecto turístico en el que sólo se
habían invertido 5 millones de dólares.
46. ¿Cuál es la base de esas denuncias que ganaron
las multinacionales?
Fundamentalmente argumentan que las decisiones de
los gobiernos les han quitado la expectativa de beneficios futuros. Es decir,
se trata de un concepto que se extiende hasta las supuestas ganancias perdidas
a causa de determinadas políticas.
47. Eso quiere decir que los gobiernos están en
indefensión…
Claro, porque el comportamiento de los Gobiernos cambia en la medida que existe una amenaza permanente de demandas multimillonarias por parte de las multinacionales.
Por ejemplo, el ministro de Salud de Nueva Zelanda
anunció el retraso de la aprobación de un pack sanitario hasta que se conociese
la sentencia de Phillip Morris contra Australia.
48. Si un gobierno cambia y quiere aplicar otra
política, ¿qué ocurre?
Pues que es carne de cañón para todas las
multinacionales que crean que ese cambio afecta a sus beneficios presentes y
futuros.
El caso paradigmático es Argentina, que tras la
crisis de 2001 cambió radicalemente de política económica para intentar
proteger a sus ciudadanos y desde entonces ha recibido más de 40 denuncias por
parte de multinacionales…
49. Bueno, los Estados siempre pueden ganar en un
juicio…
Difícilmente en muchos casos. Hay que pensar que
las multinacionales cuentan además con gabinetes de abogados especializados en
la materia que generalmente están mucho más preparados que los abogados de los
propios Estados.
Pocos Estados se pueden permitir pagar la alta
remuneración que reciben los abogados de las grandes multinacionales, y mucho
menos mantener un equipo entero especializado en el tema.
50. ¿Podríamos decir que es un negocio económico en
crecimiento?
Sí, a finales de 2013 había un mínimo de 268 demandas pendientes contra 98 países (UNCTAD). En los noventa sólo había una docena. Se trata de un nuevo negocio en sí mismo, lo que ha hecho que muchas empresas de abogados se hayan especializado y estén dispuestas a litigar por cualquier evento que crean puede servir para sacarle dinero a los Estados, desviándose como consecuencia grandes cantidades de recursos y fondos públicos hacia las grandes empresas, en lugar de dedicarse a los servicios públicos fundamentales que garanticen la vida digna de las personas.
NOTA DEL ADMINISTRADOR.- Estas respuestas de
Alberto Garzón se publicaron hace más de un año en varios medios, cuando se
conoció la importancia capital de este Tratado de Libre Comercio (TTIP) entre
Europa y EE.UU., cuyas consecuencias serán desastrosas para los pueblos del
viejo continente.
Dado el secretismo que existe en la UE sobre este
tema, considero esencial la lectura de este listado de preguntas y respuestas,
como asimismo su difusión, para movilizar a la sociedad lo antes posible.
Alberto Garzón Espinosa
Esta práctica permite extraer gas o petróleo del subsuelo pero dejándolo prácticamente inutilizable y plagado de sustancias tóxicas, alergénicas y cancerígenas. Además, es un proceso vinculado a la generación de terremotos de diferente magnitud.
Hay que recordar que en Estados Unidos las grandes empresas pueden acceder sin límites a toda la información privada de sus clientes. Así, empresas como Facebook, Google o Microsoft tienen capacidad de utilizar esa información como deseen.
39. ¿Y a los servicios públicos?
El Tratado alcanza a todos los sectores de la economía, incluido el sector público. Muchos de los sectores públicos en Europa son fundamentalmente privados en Estados Unidos, y existe la amenaza real de que las grandes empresas estadounidenses vean Europa como un gran mercado para su expansión.
Sí. La democracia en su definición procedimental implica una serie de reglas que permiten a los ciudadanos elegir a los representantes que tomarán las decisiones políticas.
Claro, porque el comportamiento de los Gobiernos cambia en la medida que existe una amenaza permanente de demandas multimillonarias por parte de las multinacionales.
Sí, a finales de 2013 había un mínimo de 268 demandas pendientes contra 98 países (UNCTAD). En los noventa sólo había una docena. Se trata de un nuevo negocio en sí mismo, lo que ha hecho que muchas empresas de abogados se hayan especializado y estén dispuestas a litigar por cualquier evento que crean puede servir para sacarle dinero a los Estados, desviándose como consecuencia grandes cantidades de recursos y fondos públicos hacia las grandes empresas, en lugar de dedicarse a los servicios públicos fundamentales que garanticen la vida digna de las personas.
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