No me gusta el ambiente entre los partidos políticos de Polinyà
Noto algo que no me gusta del
ambiente político de Polinyà. Es importante reconocer que la izquierda ha sido
siempre mayoría desde el año 1987. Sin embargo no siempre la izquierda ha
gobernado, salvo del 1987 al 1995 que gobernaron en pacto ICV y PSC. A partir
de ese año el PSC gobernó con CiU, aun manteniendo la mayoría entre las dos
formaciones políticas de izquierdas. Aquella situación creó un gran malestar
entre ambas formaciones que aun perdura.
Muchos pueblos quisieran tener
esta situación de mayorías de izquierdas, sin embargo, nosotros que la tenemos no
queremos o no sabemos sacarle rendimiento a ese valor y lo que hacemos es no
responder a las expectativas de la ciudadanía y dar vidilla a la derecha.
Por qué no hay en Polinyà un
gobierno de la izquierdas plural, cuando si es posible? Esa es la pregunta que
nos hacemos y la respuesta que esperamos.
Esta situación lleva a que haya
un equipo de gobierno en minoría y una oposición, dura con el objetivo de
cargar las tintas contra un gobierno débil.
¿Todo esto a qué nos lleva?
Nos lleva a mal rollo entre los
representantes de izquierdas y al enfado general del electorado de todas las izquierdas,
por la incapacidad de entendimiento entre las cuatro formaciones de izquierdas:
PSC, Podemos, ERC y ICV-EUiA que se olvidan que está en juego el bienestar de
la ciudadanía. Y algo tendrá que ver que el 9M huelga general contra la LOMCE y
defensa de la educación pública y de calidad, haya pasado desapercibida en
Polinyà.
Si queremos mantener y mejorar
los servicios públicos; los sanitarios, los educativos y la cultura, deportivos,
etc., deberemos trabajar unidos y combatir todas las políticas dañinas y
retrogradas que legislan los gobiernos. Favorecer un debate que mejore la financiación,
atención a las personas, la participación ciudadana, desarrollar los presupuestos
participativos, etc. De la misma manera que deberemos crear debates específicos,
para orientar hacia donde nos dirigimos en cada uno de los temas.
Elaborar un código ético local
que diga cómo actuamos en cada momento y decidir cuáles son los servicios que
vamos a volver a municipalizar.
A todo esto nadie tiene que
abandonar sus ideologías políticas. De lo que se trata es de ir hacia una
situación lógica, y con sentido común. Si queremos educar tenemos que empezar
por nosotros mismos.
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