¿Se dirige o se gestiona Polinyà?

( Foto de Jaima Saharaui instalada frente al Ayuntamiento año 1994)
Hay una pregunta en el aire a la que desearía darle cobertura por su importancia política y trascendencia social. Se trata de concluir si en Polinyá se gestiona o se dirige políticamente.

A tenor al analisis pragmático de la situación, todo indica que más bien se gestiona que no dirigir social y políticamente los designios de la población. No es nuevo. El gobierno municipal lleva años que no gobierna. Gestiona. Pero con el agravante de que no siempre bien.

Dirigir es planificar y dar cobertura a las demandas sociales. Proteger los elementos culturales historicos significativos, como pueden ser las masías y los edificios de reseña historicos como la Germandad, etc. Esto no se ha hecho.

Dirigir es preveer lo que puede venir en años próximos, en materia de sanidad, en la educación, en los servicios sociales, en la emigración, en la vivienda, el transporte público, etc. Y vean en qué situación estamos.

Dirigir es trabajar para favorecer que la sociedad se implique en las decisiones de la población, y hay razones que demuestran que no se ha actuado en esa dirección. El mejor ejemplo está en la implantación de la tasa de basuras. Se implantó de la noche al día y generó un peligroso desapego de la ciudadanía al reciclaje. Sólo importó la recaudación antes que dirigir la implantación por medios del consenso y la implicación social. Y así nos va en esta materia, cuando se visualiza la perdida de espacios naturales por el interes financiero a través de las contruciones.

No conocemos hacia dónde vamos. Ni cómo vamos a solucionar los grandes problemas que tiene polinyà. Cuando el personal se queja de los servicios se hecha mano de que es la empresa que los gestiona la responsable. ¿Y qué hace el gobierno? Verlas pasar. La vivienda y la inmigración llaman a la puerta pidiendo soluciones, pero no las encuetran.

Los ciudadanos no vemos un proyecto de pueblo. Esa guia que nos marque el camino. Donde más se aprecia ese vacío es en el campo de la cultura, la solidaridad y la inmigración. El equipo de gobierno hecha la mirada para otro lado cuando se le habla del gran problema de la inmigración. Ni se toca. No se habla de ella, cuando puede ser esa “bomba” que nos salte de un momento a otro.

El campo de la solidaridad, que tanto valor ha aportado en otros años en Polinyà a decenas de familias y jovenes, en este momento el gobierno se dedica a dar economía a la entidad local correspondiente, pero no la ejerce ni la desarrolla como gobierno. A esta realidad, si hay que ponerle un nombre, es crisis de dirección por parte del gobierno de Polinyá.
Las fuerzas políticas deben tomar consciencia y mejorar la situación antes de que sea tarde.

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