Es tiempo de que en Polinyà, se regenere la política municipal
Todas las formaciones han cambiado excepto los socialistas. Y creo que salvo excepción de que la alta dirección lo imponga, tampoco lo va haber. Convirtiéndose la Sra. Pepita Pedraza (con todos los respetos) en la única candidata veterana que aun se mantiene activa en la vida municipal de Polinyà.
Pero todo indica que al margen de que los socialistas no cambian de candidato/a mientras sigan ganando elecciones, no pueden esconder el gran problema que tienen para garantizar un cambio que les garanticen unos resultados óptimos.
Hoy por hoy los socialistas no tienen un liderazgo fiable. Los actuales concejales socialistas, más allá del populismo que desarrollan en sus actos, no han dado la talla en sus años de gobierno y todo hace pensar que un cambio en este momento, podría generarles un trauma muy serio, tanto en la dirección política como en la cabeza de la candidatura.
No sucede lo mismo en otras organizaciones. Hay organizaciones que sí han movido ficha. Han intentado transformaciones y unas han ido bien y otras no tanto. Pero han sido valientes. Han abandonado el conservadurismo.
Siendo un poco objetivo, Polinyà no puede seguir con los mismos clichés que nos han gobernado durante más de 15 años. La sociedad Polinyense se merece una transformación en la dirección del gobierno municipal, porque hay que ser realistas y entender que estamos en otra fase en la que las sociedades, nos obligan a cambiar de métodos que ya son obsoletos.
Las entidades en este momento, se encuentran incómodas porque se les obliga a realizar actividades por la vía de las subvenciones, abandonando el interés de las propias asociaciones. Esto por ejemplo tiene que cambiar y con esta dirección no será posible. Hay que actuar de manera que se les garantice a las asociaciones su libertad de actuar en función de sus intereses y de sus maneras de ver las cosas, y no las que se les impone desde el gobierno municipal.
Tampoco la vida política vive sus mejores momentos. Los grupos municipales de la oposición y partidos, han coincidido en reiteradas ocasiones, en recriminarles a los socialistas las formas de proceder del equipo de gobierno. Y hacen bien, porque la población no puede aguantar más la dinámica tan absurda y desagradable, en las relaciones y en participación de la vida ciudadana y municipal.
En este momento Polinyà necesita un gobierno con más capacidad de crear el diálogo y consenso. Un gobierno que habilite a todos los partidos buscar la posibilidad de llegar a acuerdos, para que se pueda afrontar en condiciones las políticas necesarias y capacitarles de cara a encontrar alternativas para afrontar la gran deuda que tenemos en este momento. Desarrollar políticas que faciliten a las personas más necesitadas a llevar mejor la situación, a través de políticas sociales activas. Generar los acuerdos que permitan generar empleo y dirigir las acciones pertinentes que posibiliten administrar localmente el empleo. Un pacto político global en el cual todos tengan su lugar donde abocar sus experiencias y conocimientos.
Hay que entender que por suerte el autoritarismo ya pertenece a otras épocas. Que la inteligencia y el “tarannà” de los políticos/as, está en saber desarrollar las aportaciones que ofrece la democracia. Y que hay aprender de lo que piden y exigen las nuevas sociedades.
Los actos de la diada, por ejemplo, hubiera sido un buen momento para allanar la vía del consenso y el diálogo. Sin embargo, nuevamente volvemos a cometer el error de la soberbia y la prepotencia.
Tenemos delante una huelga general, para el 29 S convocada por los sindicatos, que podría servir para crear debate y opinión ciudadana. Que no vuelva a ocurrir lo del 94, que mientras los polígonos y los comercios de la localidad, se encontraban en huelga, los socialistas asistían a las tareas municipales. Esto no puede volver a ocurrir. Como también hay necesidad de atender la llamada de esos pueblos que reclaman solidaridad. Y, así, tantas y tantas cosas que valen la pena tener en cuenta.
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