La Unidad Popular es el único camino
En los últimos meses, miles de personas corrientes han dedicado innumerables esfuerzos a constituir las llamadas candidaturas de unidad popular en muchas ciudades del país. Protagonistas, ritmos, códigos políticos y hasta nombres y logotipos han variado de un lugar a otro. Los resultados, naturalmente, han sido igualmente dispares. En la mayoría de las plazas electorales, por lo general municipios pequeños y medianos, ni siquiera se llegó a intentar porque no había con quién unirse. En muchos otros espacios los intentos acabaron empantanados en rocosas negociaciones entre distintos partidos, corrientes, facciones e intereses, derivando casi siempre en varias candidaturas enfrentadas entre sí. Y en pocos sitios, muy pocos, se concluyó con candidaturas que aglutinaban a la totalidad de los sujetos políticos contestatarios del territorio en cuestión. En definitiva, los procesos no han sido nada fáciles y han estado cruzados por ingentes obstáculos de distinta naturaleza (ju...